Cómo esperar que los que gobiernan y tienen el poder de decidir sobre nuestro futuro lo hagan con conciencia y amor a la humanidad, cuando sus mentes y corazones se pudren de corrupción, avaricia, materialismo y sed de más poder?
Mientras siguen despidiendo a trabajadores y trabajadoras de sus puestos de trabajo y bajan los sueldos de los ya precarizados, dan rienda suelta a la policía en las calles para ofrecer “seguridad” reprimiendo a los/as trabajadores/as, asegurando la economía de empresarios y políticos, cuidando siempre de la propiedad privada, la misma policía que esta involucrada con el narcotráfico y la trata de personas y lamentablemente hay muchas personas que se hacen policías por el sueldo. Esa policía asesina es asquerosamente útil al Estado y la sociedad capitalista, no más.
El cambio político no cambia nada, solo empeora las cosas, hasta que la dignidad de las personas se levanta y enfrenta la realidad que amenaza con quitarles lo que tienen y esto es lo que esta sucediendo en muchos municipios y en otros ámbitos de trabajo, es la unión de los trabajadores y trabajadoras representados por ellos mismos la que hará que la lucha se gane, sin pedir ni mendigar, ni transar con ningún partido político, la lucha legítima de los/as trabajadores/as despierta la conciencia de sus derechos y esto nos muestra lo imprescindible que es que las decisiones las dejen de tomar los políticos de turno que buscan los privilegios y beneficios de los suyos mientras el pueblo pasa hambre, miseria y desocupación; así como manipulan a los medios con sus discursos armados vendiendo noticias que parecen importantes, en muchos sitios reprimen y despiden a laburantes dejando muchas familias en la calle.
Es más que evidente que sus discursos de campaña son solo para los que aúnen la política y para los ilusos; el concepto de felicidad y progreso puede ser muy distinto según que mente lo proyecte y en cuanto a esto creo que específicamente los educadores deben tener mucha conciencia de ello, por que de nada sirve educar para la sumisión y la obediencia pues serían fácilmente manipulables como los son hoy gracias a la educación que han recibido, por el contrario los educadores incluidos los padres deberían ayudar a desarrollar su pensamiento propio de sus niños y jóvenes, despertar o nutrir su curiosidad, darles importancia a lo que dicen y enseñarles a expresarse sin temor, empezando por los mas pequeños y continuando en los otros niveles educativos ya que si cuando son niñitos/as les abrimos todas las puertas para que descubran, conozcan, imaginen, expresen y creen, es nocivo que a medida que crecen se les cierren esas puertas y se les impongan normas, se les den mas deberes y se les quiten muchos derechos., no creo que así se ayude a crecer a una persona libre, reflexiva, autónoma sino mas bien a un/a esclavo/a de la sociedad, que acepte sin cuestionar, que responda lo que quieren oír y que no cuestione el saber de quien le enseña aceptando la autoridad por temor, así desde la primaria muchos aprenden a odiar el conocimiento, las ciencias, despreciando y derrochando su propia inteligencia, que en definitiva es lo que le sirve a este sistema, la sumisión e instrucción para que sus saberes conserven la economía del país; para que esto cambie debemos hacer un esfuerzo por cambiar lo nocivo que ha hecho de nosotros este sistema capitalista.
El sistema capitalista no tiene que cambiar, tiene que dejar de existir y las personas deberían ponerse de pie y con conciencia y amor a la humanidad, animarse a vivir.
"...que la evolución histórica se hace en el sentido de la libertad individual; que esta es indispensable para que la libertad social sea un hecho; Que esta libertad no se pierde sindicándose con los demás productores, antes bien, se aumenta, por la intensidad y extensión que adquiere la potencia del individuo; Que el hombre es sociable y por consiguiente la libertad de cada uno no se limita por la de otro, según el concepto burgués, sino que la de cada uno se complementa con la de los demás..."
Extracto de la Declaración de Principios y Pacto de Solidaridad de la F.O.R.A.
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